lunes, 3 de octubre de 2011

Adulto mayor y celiaquía

¿Puede  tener celiaquía un adulto mayor? 
                               
Durante mucho tiempo se pensó que la celiaquía era una enfermedad que se presentaba únicamente en niños.  Luego se encontró que era muy común en los adultos y más recientemente, que esta afecta muy frecuentemente al adulto mayor. 

La enfermedad celíaca (EC) en un adulto mayor puede haber estado presente toda su vida, provocando síntomas leves o mas severos y pudo haber sido confundida con muchas otras enfermedades.

Pero también puede ser que nunca haya tenido  molestias, ni digestivas ni extraintestinales y que hasta llegar a edad avanzada haya desarrollado la sintomatología.

En 1960,  solo el 4% de los nuevos diagnósticos se realizaban en mayores de 60 años.  En el año 2000 aumentó al 15% y más recientemente existen estudios que sitúan este incremento en el 20%.

En un estudio realizado en Finlandia se practicó un seguimiento a 2216 pacientes con edades entre los 55 y los 74 años.  Se les hizo la prueba de anticuerpos en sangre (ATtG) y luego biopsia duodenal a los positivos.   A los 3 años de seguimiento encontraron 5 nuevos casos de EC en pacientes que habían salido negativos en el primer estudio.

Aunque la EC es más frecuente en mujeres que en hombres esta tendencia tiende a cambiar a partir de 65 años de edad en donde los casos de EC descienden en mujeres y aumenta en los hombres.   Las razones no están claras aún.

Muchos de estos pacientes detectados reconocen que presentaban ciertas manifestaciones pero que nunca consultaron a un médico por ellas pensando que eran habituales en sus vidas.`


La presentación de la enfermedad en el adulto mayor suele ser diferente con respecto a otros grupos de edad.  Y es posible que presente síntomas secundarios de malabsorción por falta de micronutrientes.



Dentro de las manifestaciones comunes se encuentra la anemia, por lo general por déficit de hierro la cual puede estar presente en un 60 a 80% de los adultos mayores con EC.  La mayoría es por mala absorción del hierro pero a veces es por falta de otros nutrientes que son necesarios para el manejo del hierro y que son la vitamina B12 y el ácido fólico.

Algunos pacientes tienen elevada la ferritina (esto es la cantidad de hierro existente en la médula a manera de reserva), esto puede ocurrir cuando hay un proceso inflamatorio sistémico como lo sería en el caso de EC y esto contribuye a otra forma de anemia.

También puede existir osteoporosis y fracturas frecuentes derivadas de ello por carencia de Vitamina D, necesaria para la metabolización del calcio lo cual conlleva a volver frágiles los huesos.

Esta condición de fragilidad ósea no desaparece cuando lleva a cabo la DSG, lo cual si ocurre en pacientes más jóvenes y en niños.
También puede presentar una baja en la albúmina (Hipoalbuminemia), esta es la proteína más abundante en la sangre la cual realiza múltiples funciones siendo una de las principales el transporte  y almacenamiento de otras sustancias necesarias en el buen funcionamiento del cuerpo. La falta de albúmina provoca que se presenten edemas (hinchazón) a nivel periférico y ascitis (acumulación de líquido en la cavidad abdominal).

Los síntomas intestinales suelen ser leves, la diarrea, si es que se presenta es poca e intermitente y algunos pacientes también pueden presentar estreñimiento, flatulencia, hinchazón, aftas bucales, dermatitis herpetiforme o esteatorrea (pérdida de grasa en las heces).  La EC es la causa más frecuente de esteatorrea en personas mayores de 50 años y la segunda causa en mayores de 65.

Los síntomas atípicos, sin embargo, son la mayor forma de presentación y en un 20% de los casos puede darse alteración de la función hepática como la hepatitis celíaca, la cual se normaliza al realizar la DSG.  Pero también pueden presentarse otras formas de enfermedad hepática, también relacionadas con la EC, como la hepatitis crónica o la cirrosis biliar primaria que no desaparecen con la dieta.

En el adulto mayor es más difícil diagnosticar EC debido a que los síntomas pueden confundirse con otras enfermedades propias de la edad.

Colaboración de la Lic. Amavilia Pérez Villavicencio. Msc. D
irectora del Centro de Información sobre la Enfermedad Celíaca (CIEC) cieccontacto@gmail.com

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